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Difícil, muy difícil… extremadamente difícil poder expresarse de nuevo sin enredar la lengua, sin tener un norte al cual llegar, hoy hable una y mil tonteras y a fin de cuentas no dije nada, de verdad quería decir algo importante, pero nada coherente salio de mi.
Hoy no mucho tengo que decir, las cosas van bien y cuando van bien todo esta perfecto y nada es interesante, los días son divertidos y no hay tiempo para la monotonía, no hay tiempo para las penas, no hay tiempo para recordar, no hay tiempo para pensar.
Sigo pensando donde quedaron mis dudas sobre la vida, sobre el tiempo, sobre el amor. Ya no sé si no hay respuestas o si no hay preguntas, ¿Me he vuelto superficial? ¿Se ha apagado en mi esa llama de caballerosa pasión? ¿He visto el fondo de mi alma ya?. Son cosas en las que tengo que pensar, son preguntas que debo con urgencia responder o mi vida se vera llena de cosas pero bacía a la vez y caminare por el mundo sin dejar huella.
Dejaré un tiempo para esto, mirar el techo, simplemente mirar el techo, imaginar, soñar, cuestionarse y responderse.
Hace un tiempo dije “El tiempo se encargara de solucionar mi vida, sí o sí, cuando el tiempo llegue todo tendrá solución”. Y aquí estoy meses después casi sin ningún problema y con el alma en paz, los problemas que el tiempo no soluciono hicieron tantos estragos en mi cabeza hasta que de un “bang” todo estaba ya solucionado, las respuestas a mis mil preguntas llegaron con el olvido y junto a él se fue el ultimo recuerdo de esas manos de pianista.
La llama que encendió mis antiguas pasiones y mis inquisidores errores ya esta lejos de ser siquiera cenizas y ahora que el fuego se ha pagado puedo buscar entre las hojas que sobrevivieron las enseñanzas que me hacen quien soy ahora, el tiempo es capas de cambiar todo, un recuerdo, un sueño, una mujer, un error, pero hay algo que jamás será profanado, algo inmutable, el hecho de que yo seguiré siendo solo yo.

Sin todo el tiempo

Yo me pregunto donde quedo el Fabián al que le gustaba encontrar solución a los secretos de la vida, el que veía poesía en donde otros solo veían, el que escuchaba a su corazón y abría la boca solo para decir cosas con sentido.
Tal vez simplemente ya no hay tantas preguntas que responder. Gracias a Dios, a mi familia, a su esfuerzo y al mío he comenzado de buena manera el año escolar, ahora me siento todo un universitario y digno de serlo. Ahora al menos tengo con quienes hablar, con quienes reírme, con quienes despejarme un poco, cada vez me parezco más al que fui antes de ser como fui, siento nuevamente el poder en mis manos para ganarle a lo que venga por delante, cosas que trataré de vencer con toda humildad y gratitud hacia quienes me ayuden a hacerlo posible.
Hoy con un poco de lluvia en la noche, con música de recuerdo en mis oídos, a puertas de dar el último certamen de la primera corrida, con la garganta seca, con los ojos cansados y con ganas de volver a escribir algo sobre mi vida es que estoy aquí dispuesto a revelar lo que, hoy a mis cortos 18 años, avita en mi interior.
Hace unos días viajaba yo en micro a la universidad, nos detuvimos en un semáforo y con mi incesante mirar de aquí para aya vi un árbol, un árbol de hojas que bailaban al compás del viento, pero digo que de verdad bailaban. Ellas se movían con sus compañeras girando sobre las ramas, las damas vestían de verde y los caballeros de café, el árbol cobró vida y se transformo en una pista de baila y me dije, aun hay un soñador dentro de mí.
Un día como cualquier otro, medio día y un poco de frío, salía yo de clases y volvía a casa, como siempre que camino solo escuchaba música, caminaba con seguridad y trataba de mirar a todos sin ver a nadie, avanzando los mas rápido posible cuando una hoja se cruza en cama lenta por frente mis ojos, preste más atención al paisaje que recorría y vi una lluvia de grandes hojas café que caían tan delicadamente al suelo, juro haberlas visto caen en cámara lenta, juro haber pintado un cuadro en mi memoria el cual se volvió de acuarela en mi mente y me dije, aun vive en poeta en corazón.
Una faceta totalmente nueva en mi, y debo decir que no me gusta para nada, es fijarme mucho en las mujeres que me rodean, digamos que me he vuelto un “jote”, a cada momento escucho comentarios sobre una mujer, a cada momento hago un comentario sobre una mujer y cada día el tema más recurrido son las mujeres. Iba yo casi llegando a mi casa cuando un pensamiento oscuro pasó por mi cabeza y me dije, yo antes veía a las mujeres como pura poesía, como una canción a la que se le debe escuchar con el corazón, como si fuera la mujer lo mas sacro del mundo, pero ahora me doy cuenta que no son más que “pechugas” y “poto”. Y me sentí terriblemente mal al pensar así y me di cuenta de que si bien este nuevo pensamiento no esta lejos de la realidad para muchos hombres, yo no soy como todos los hombres y no quisiera ser uno de ellos, retomare mi vieja escuela y pensare en las mujeres como lo sagrado que son y no como lo material que son, volveré a leer en sus rostros el poema que cada una de ellas esconde, hasta que encuentre el que me haga no querer volver a ver otro poema a los ojos de nadie y si no lo encuentro, solo seguiré leyendo a distancia.
El año en que mi vida fue un desastre ya termina y uno nuevo se abre ante mi, pero la sombra de ese maldito 2009 nunca dejara de tapar siquiera mis pies, siempre abra a quien recordar de aquella tenebrosa época, siempre abra que me haga recordad esos días y estará escrito en mi lapida “maldito 2009 que en ti algo nació, en ti algo creció y en ti algo murió. Nació un poeta, creció un amor y murió una ilusión”.
A la memoria de este maravilloso 2010.