3 jul 2015

En el vidrio del patio

En mi casa hay un ventanal… Ahí estaba yo reflejado… parado, fumado, escuchando música Rusa… con mis lentes raros, con mi peinado raro… barba y dos aros en la oreja izquierda… Me miré con un poco de detención y me sorprendió verme tan distinto… como me dijeron… tan “carbón”…

 Sé que ya no soy pequeño y me pregunto si ya estoy grande, si estoy listo para tomar decisiones, si estoy preparado para la vida… Me veo totalmente diferente…

 Largo, delgado… Al fin masculino, rígido, duro, de ceño fruncido y decidido, con mirada fija… ¿Esta figura sería compatible con mis viejas aspiraciones?... y más que eso ¿Cuáles son las nuevas?... 

Me gusta lo que veo, no me incomoda y no lo rechazo… Pero ¿qué me ha costado? ¿cuál habrá sido el precio?... Sé que no hay cambios sin muerte, que nada nuevo nace sin ella, que en cada paso algo se gana y algo se pierde… Veo, eso sí, con agrado que no son mis inquietudes las que han desaparecido y, sin embargo, tampoco me comen la mente como lo solían hacer…

 No me da para más… Me siento bien, hay muchas alegrías en mi vida… no puedo quejarme, no quiero quejarme… Solo estoy sorprendido por mi reflejo…