Seamos sinceros

 Me vi forzado a recordarte, por lo general lo hago solo para regocijarme en el dolor que podría hacerte sentir, pero esta vez tuve que contar la historia.

Lamentablemente después de eso soñé contigo, ahí estabas con tu cara de imbécil y mosca muerta, escondido detrás de tu baba y evidente retraso mental, pero pillo, y digo pillo por no decir “fingiendo ser”.

Estabas de rodillas mientras te golpeaba incesantemente la cara. Tu cuello ya no aguantaba el peso de tu cabeza, esta daba vueltas sobre su propio eje, tus ojos se desorbitaban y sangrabas, ay Dios, como sangrabas. Sin embargo no sentía satisfacción, no había cantidad de puñetazos que aliviaran mi dolor… paré, te dejé respirar y abriste tu asquerosa boca solo para exclamar…

“No importa cuando me pegues, de todos modos le gusto más a tu mujer”        

 Desperté con un nudo en el cuerpo, alma y corazón… y en cuanta cosa pueda formar parte de mi constitución, estaba parado al borde del pánico y, lamentablemente, solo pude aceptar.

No puedo mirar, simplemente no puedo mirar, vivir en el presente es lo único que me puede salvar, ignorando toda una vida… solo así pedo respirar.

 No sabía que aun tenía todo esto dentro y es claro que lo debo mirar, lamentablemente veo que no hay ningún tipo de venganza que me pueda aliviar.

Tienes razón mi mujer te prefirió a ti y tú preferiste a mi mujer, pero seamos Franco s, con esta historia los 3 tenemos que lidiar... hasta el día de nuestra muerte, hasta el día final...

A ti te amé, te amo y te amaré, de formas muy raras, formas que no puedo explicar... Te perdono, si tal cosa existe, te perdono, espero que encuentres la felicidad... lamento el precio que tuviste que pagar, monetario, físico y mental... ya es suficiente, te juro que ya es suficiente...

Tú... solo espero que nunca te falte el pan, que la vida te de lo que te tenga que dar, no te deseo felicidad ni mal estar y espero que sigas vivo por muchos, muchos años más.