6 mar 2012

Control mental


Cada vez que se escucha sobre el control mental hay un pensamiento muy común sobre si es que lo hacen o no… Un estilo como este “Los gringos controlan muestra mente” y nos podemos llegar a sentir indefensos frente a tal poder, pensando en lo terrible que sería hacer cosas que no queremos… Mas somos egoístas, hirientes, sucios, perversos y un sin fin de atrocidades más y no nos detenemos a pensar en el porqué de nuestra actitud tan degenerada. La verdad no importa si estos controles mentales son verdaderos o no, ya que nosotros no controlamos nuestra mente, no controlamos nuestro actuar y mucho menos nuestro sentir.
No debería existir el arrepentimiento en un templo donde la mente es única y está en total control, la vergüenza de un acto mal hecho o la soberbia que se esconde tras un error que no se quiere admitir son las que cubren una pregunta tremendamente existencial… “¿Quién soy?”
Si no soy yo el lujurioso adicto al sexo salvaje, pornografía, masturbaciones o adulterio… si no soy yo el vanidoso que se cree mejor que el mundo, que no necesita a nadie ni siquiera a Dios… si no soy yo el envidioso que maldice la fortuna de los demás o el codicioso que nada da a nadie… si no soy ira, no soy gula, no soy pereza… ¿Quién soy y que hacen ellos dentro de mí?
Una película dice “… La más grande estafa de todos los tiempo es yo soy tú…”
Hemos pasado tanto tiempo junto, creyendo que somos él, que ya no notamos la diferencia y que sentimientos tan horrendos como desear la muerte de alguien pasan por nuestro podrido corazón y no notamos siquiera la peste que sale de tal emoción… no cuestionamos lo que la voz dentro de nuestra cabeza dice porque no creemos en algo superior al intelecto, creemos de nosotros lo mejor mientras no somos nada más que marionetas vacías…
Yo, yo, yo, yo… cada que decimos “yo” es un yo distinto el que trata de expresarse… Estamos separados en un millón de partes que piensan y sienten diferente a otra, que luchan por supremacía y por posicionarse al mando de nuestro cuerpo…
Luego de la muerte viene el cielo, el reino de Dios, el nirvana… pero creer que el simple pasó del tiempo nos trae la muerte y con ella la gloria eterna es una equivocación…
Ya sabes quién es tu enemigo, míralo, obsérvalo, conócelo, cuando nació, quienes son sus amigos, con que reacciona y cuál es su debilidad… Cuando el trabajo esté completo acúsate a ti mismo, condénate y date muerte… una muerte psicológica, no física… esta es la muerte que nos lleva a la gloria del Padre… esta es la muerte que viene acompañada del nacimiento de nuestro real ser, de este ser inmutable y eterno que es quien realmente somos…

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