21 mar 2012

Nada detrás del árbol


Muchas cosas se han confabulad para hacerme sentir como siento, en realidad no tantas, pero si las más fuertes y precisas. Mucho tiempo que no uso mi blog para escribir sentimientos, más que nada porque hay cosas internas, no así esto que es íntimo.
Siento que con esto dentro de mi, comienzo a guardar secretos que no deben ser callados porque solo hacen peso en mi psiquis e impiden mi desarrollo libre.

Como podrá Stefano olvidar las bellas noches de invierno donde la lluvia golpeaba su ventana mientras el dormía. Somnoliento, Stefano, se dejaba llevar por el ritmo impecable que llevan el viento y el agua, entrado en el mundo de los sueños llamaba intensamente a Catalina, evocaba su rostro, su voz, su cuerpo y ella como tirada por un hilo de plata volaba mágicamente a los brazos de Stefano para crear nuevas historias en los caminos del amor.

Stefano jamás olvidaría a Catalina, aunque no estuvieran ya más juntos, aunque del amor naciera un odio sin sentido, aunque del odio naciera la comprensión de la buena época ya vivida, aunque del gran árbol de la vida cayera la última hoja, Stefano jamás olvidaría.

Muchos días de sol llegaron y la lluvia era un regalo que Stefano no creyó volver a disfrutar, no pensaba en eso, simplemente sentía el sol y una extraña sensación que algo más había, pero dormida en él estaba la lluvia, solo dormida, cansada y en silencio.

Tan fuerte soplo el viento aquel día que Stefano recordó de pronto que el agua, mágicamente, podía caer del cielo, que eso tan bello se llamaba lluvia y que con lluvia venia Catalina. Ay Catalina, ay Stefano, ¿Qué une a Stefano y Catalina?, ¿Con que sueña realmente Stefano?. Catalina volvió y con ella la lluvia, recostado nuevamente Stefano invoca a la niña de risos dorados, recostado nuevamente recibe la visita de Catalina, juntos en esa pieza, Stefano y Catalina, solo callan, solo se miran, solo sonríen…

No hay comentarios.: