9 feb 2013

El trampolín



Confieso que ayer intente escribir algo, pero solo salieron cosas amargas… El sentimiento que movía mis emociones y motivaba mis dedos era totalmente negativo…

Pero cada día amargo es un trampolín para un día perfecto…

Uno falsamente está “feliz” cuando todas las cosas resultan como uno quisiera que fuesen y carece de total aceptación y goce de las situaciones inesperadas y que van contra el “plan” terrenal de nuestras cabezas. En la búsqueda de la eterna felicidad ¿Cómo podríamos ser felices si no controlamos las situaciones? ¿Cómo actuar frente a choferes pesados, personas autoritarias, etc.?... Esto no es una respuesta general, es personal y, a la vez, completamente compartible…

Estas situaciones no dejaran de existir, lo único que puede cambiar es nuestra percepción sobre ellas, controlando nuestra propia naturaleza sabremos interpretar, filtrar, reconocer de diversas maneras una situación… Dejando de vivir en el pasado y soñando con un futuro seríamos lo bastante objetivos como para actuar correctamente frente a una situación, viviendo en el eterno presente tenemos infinitas posibilidades de acción, con cierto grado de ubicación podemos tomar el camino correcto… un camino correcto en el actuar, pensar y sentir…

La felicidad que se esconde tras la tristeza es la posibilidad de estar mejor, pero se nos hace imposible ver eso… ¿Qué se pensaría de alguien que estando alegre se pone triste porque algún día se le va a terminar tanta dicha?... Por eso se duerme de noche y se vive de día… En momentos de oscuridad buscaremos felicidad en el aprendizaje y durante el día seremos inmensamente felices en la práctica… La gracia de estar, al menos, con vida no puede ser superada por ninguna pena del mundo.



No hay comentarios.: