Confieso
que ayer intente escribir algo, pero solo salieron cosas amargas… El
sentimiento que movía mis emociones y motivaba mis dedos era totalmente
negativo…
Pero
cada día amargo es un trampolín para un día perfecto…
Uno
falsamente está “feliz” cuando todas las cosas resultan como uno quisiera que
fuesen y carece de total aceptación y goce de las situaciones inesperadas y que
van contra el “plan” terrenal de nuestras cabezas. En la búsqueda de la eterna
felicidad ¿Cómo podríamos ser felices si no controlamos las situaciones? ¿Cómo
actuar frente a choferes pesados, personas autoritarias, etc.?... Esto no es
una respuesta general, es personal y, a la vez, completamente compartible…
Estas
situaciones no dejaran de existir, lo único que puede cambiar es nuestra percepción
sobre ellas, controlando nuestra propia naturaleza sabremos interpretar,
filtrar, reconocer de diversas maneras una situación… Dejando de vivir en el
pasado y soñando con un futuro seríamos lo bastante objetivos como para actuar
correctamente frente a una situación, viviendo en el eterno presente tenemos
infinitas posibilidades de acción, con cierto grado de ubicación podemos tomar
el camino correcto… un camino correcto en el actuar, pensar y sentir…
La
felicidad que se esconde tras la tristeza es la posibilidad de estar mejor,
pero se nos hace imposible ver eso… ¿Qué se pensaría de alguien que estando
alegre se pone triste porque algún día se le va a terminar tanta dicha?... Por
eso se duerme de noche y se vive de día… En momentos de oscuridad buscaremos
felicidad en el aprendizaje y durante el día seremos inmensamente felices en la
práctica… La gracia de estar, al menos, con vida no puede ser superada por
ninguna pena del mundo.
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